sábado, 17 de agosto de 2013

Texto para el acto del 17 de Agosto

Lo subo al blogg por dos motivos: si alguien lo quiere tener y, porque ya que el acto es de 3er año de hist. y lo organizamos con Cristina...ahí les va...


San Martín, el “héroe”- humano:
San Martin, yo me pregunto (y nos pregunto): ¿Quién es San Martin? ¿Es el prócer que nos enseñaron en la escuela primaria? ¿Es el héroe que nos mostro Billiken y Anteojito? ¿O es el hombre? (José Francisco de San Martin y Matorras)
A 163 años de su muerte, hoy en día, seguimos teniendo dificultades para definir o catalogar al que hoy recordamos. Sin embargo, no cabe duda de  que es un prócer. Según una definición de diccionario, un prócer es una Persona de elevada distinción o constituida en alta dignidad”. Y San Martin posee un historial de elevadas distinciones. (¿No es de elevada distinción ser uno de los responsables de la emancipación de América Latina?)
Hoy, propongo no encausarnos en esos discursos en los que se exalta el heroísmo, el patriotismo o la valentía  del prócer. Sino que, propongo recordar (o en realidad, pensarlo por primera vez) como el hombre, como una persona de naturaleza humana, y no como nos lo pintaron la revistas para niños de primaria.
San Martin, ¿A caso nadie pensó alguna vez en su caballo blanco? (Que era bayo en realidad. Y que los Andes los cruzo en mula) ¿A caso a nadie se le ocurrió pensar que el héroe estuvo a punto de morir (en San Lorenzo) si no fuese por  Juan Bautista Cabral? ¿Y si San Martin hubiera muerto en ese, o en otro combate? ¿La historia seria esta que conocemos o seria otra? ¿Hubiera aparecido otro San Martin si este moría? Son preguntas que quizás, jamás les encontremos respuesta.
Pero hay algo que sabemos, algo que si tiene respuestas. Nuestro San Martin, tiene que dejar de ser el héroe inmortal, y tiene que comenzar a ser el hombre, tiene que volver a ser encausado como humano. Y como todo hombre humano, poseía sus cualidades y sus defectos.
·         El hombre y las ideas: como todo revolucionario del siglo XIX, San Martin era un hombre convencido de sus ideas, era un político liberal. Un liberal estricto, quizás casi un liberal utópico. En la época en la que vivió, los liberales defendían los derechos humanos y los principios de igualdad emanados de la Revolución Francesa en la “Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano.”
·         El hombre y América: nacido en Yapeyú (Corrientes; como todos sabemos). Pero de niño su familia se traslada a España. Don José se educa en este país, bajo el régimen de los reyes Austrias. Fue militar español, en el sentido de que su carrera la comenzó en dicho lugar, sirviendo a un rey que no satisfacía sus ideas. Pero nuestro prócer jamás renuncio a su nacionalidad de origen; y es que, estando en España, toma contacto con liberales revolucionarios que sentían y comprendían que la emancipación americana solo se daría por las  armas. Estableciendo como auténticos dueños del país a los habitantes originarios de América, y se refería a ellos como “nuestros paisanos los indios.”
·         El hombre y el laicismo: sí, don José de San Martin era masón. Esto no se puede negar. Nuestro “héroe inmortal” no era un católico ferviente, pero los nacionalistas católicos intentaron demostrar lo contrario, tergiversaron una verdad que estaba (y está) mas que revelada y sabida.
·         El hombre y el amor: no todo era política y mandos militares en la vida del General. Se podría decir que para las mujeres solteras era un “buen partido”. En casa de la familia Escalada conoció a Remedios, se casaron el 12 de Septiembre de 1812 después de una ferviente oposición de los Escalada ya que José tenía 34 años y Remedios 15.
Estos son algunos de los aspectos de la vida de San Martin que muchos de nosotros nunca vemos, o pensamos. ¿Y lo de más? Lo de más es historia sabida: creo el Regimiento de Granaderos a Caballo (1812), fue Gobernador de Cuyo (1814), libertador de Chile (1817) y Perú (1821), entrego el mando de la revolución y del ejército a su contemporáneo Simón Bolívar (en Guayaquil, año 1822) y; se retiro a Boulogne Sur Mer (Francia) a vivir hasta su muerte, acaecida en el año 1850.
Este es el San Martín que necesitamos recuperar, o quizás crear, el humano. El San Martin que tenia ideales, amores, arraigos con su tierra, pasiones y, como toda persona, errores (que podrían haberle costado su vida o la de sus hombres). Ahora nos damos cuenta, el Libertador era un hombre más, pero que acorde con sus ideas y sus sentimientos, decidió intervenir en la independencia de América Latina.
Y como opinión personal, los únicos “héroes” son aquellos que aplican a su vida, sus ideales. No hay mejores héroes que esos.

Matías Petrosino

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.